Revista Izquierdas N° 24, Julio 2015
Publicada por el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago de Chile
Artículos
Notas de investigación
Reseñas
ISSN 0718-5049
Revista Izquierdas N° 24, Julio 2015
Publicada por el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago de Chile
Artículos
Notas de investigación
Reseñas
La publicación, en 1923, de Historia y conciencia de clase representó una intervención enormemente sofisticada tanto en el plano de la teoría marxista y de la filosofía como en el de la política revolucionaria. Dicha obra, que fue producto de conmociones tales como la Primera Guerra Mundial o los acontecimientos revolucionarios en Hungría, Rusia y Alemania, se articulaba en torno a los conceptos de reificación, de totalidad y de clase, que Lukács definió de manera innovadora a partir de una lectura hegeliana de Marx (y en constante debate con Weber y con Simmel). El texto exponía una potente crítica de la estructura del capitalismo moderno y de sus formas de producción de pensamiento que fue especialmente influyente en la configuración de la Escuela de Frankfurt (que también conoce su origen en 1923) y, en general, en el denominado por Merleau-Ponty como marxismo occidental. Se trata de una obra con la que el autor no dejó de dialogar a lo largo de su dilatada trayectoria y que, además de eso, dejó una profunda impronta en el ámbito de las ciencias sociales, con especial impacto en España y América Latina. Todavía hoy se pueden sentir sus ecos en discusiones tan recientes como la desplegada por la epistemología política, por citar solo un ejemplo. Con ocasión del centenario de la aparición de este trabajo seminal, se hace necesario revaluar su importancia y la actualidad de su investigación sobre la ideología.
En esta convocatoria se invita a reflexionar sobre las aportaciones de Lukács a estas históricas problemáticas y para ello se proponen algunos ejes en torno a los cuales se podrían organizan las contribuciones:
Contacto y consultas a:
Profesora Violeta Garrido
Departamento de Filosofía I
Universidad de Granada
violetagarrido@ugr.es
La presente convocatoria busca aportar, desde nuestra región latinoamericana, a la temática y preguntas que recientemente nos ha dejado planteadas el historiador español Francisco Erice en su libro En defensa de la razón. Contribución a la crítica del postmodernismo (Siglo XXI, 2020)
Nos dice Erice: Si bien los dichos sobre “la crisis del marxismo” acompañaron a este desde sus mismos orígenes, debemos conceder que en lo que toca a las últimas décadas del siglo XX, tal crisis ha parecido estar avalada por una acumulación de hechos imposibles de ignorar. Hobsbawm, “que vivió el proceso con preocupación e inequívoco rechazo”, nos recuerda que ya en los años setenta se “empezó a hablar menos de estructuras y más de cultura”. Luego, con la década siguiente, el marxismo entró en recesión “tanto política como intelectualmente”. Progresivamente se fue haciendo hábito juzgar a Marx como “perro muerto”, por usar la expresión “que más de un siglo antes el propio pensador alemán citara, en términos desaprobatorios, de entre los juicios emitidos contra Hegel”. En palabras de Néstor Kohan, Marx empezó a ser impugnado como ingenuo apologista de la modernidad o simple partidario del iluminismo. Por entonces comenzó a hablarse de postmarxismos como reductos últimos de un marxismo liviano que abandonaba partes fundamentales del legado clásico en aras de su adecuación al presente. Como se ha señalado, a propósito de los ambientes intelectuales de los Estados Unidos y Europa occidental, a partir de los setenta se tiende a pasar de la militancia política o social a las perspectivas existenciales; las luchas se desplazan al campo discursivo, al terreno de las políticas identitarias y, luego, al multiculturalismo radical. En América Latina, hasta los años ochenta la sociología marxista mantuvo los arrestos ofensivos que la habían caracterizado desde mediados del siglo XX; una década más tarde, sin embargo, ya campeaban los entusiastas admiradores de las nuevas tendencias que celebraban la caída del paradigma científico, de los meta-relatos, el desvanecimiento del universalismo de la razón. Junto con la crisis de la modernidad, se comenzó a augurar que el “tránsito epocal”, la nueva “mirada nómada” y el necesario colapso de la “representación moderna”, traerían grandes oportunidades, al liberarnos de la “tiranía de la razón instrumental”.
Este repliegue se produjo en un momento de necesaria renovación de la Historia social (años 80) a la que el marxismo había contribuido de manera destacada, y que ahora precisaba integrar nuevos contenidos y planteamientos en lógica transferencia por la reflexión ante las cambiantes realidades históricas, de las que siempre se ha alimentado la mejor teoría. En cambio, la clamorosa defección de un referente materialista sólido y plantado a la ofensiva en un momento de cambio historiográfico como el vivido en las décadas recientes limitó su eventual adaptación y su capacidad de contribuir positivamente a esta transformación, hegemonizada, en cambio, por tendencias predominantemente antimarxistas, idealistas y hostiles incluso a los mejores logros de la Historia social. Entre otras cosas, los huecos dejados por la reducción al silencio de Marx y sus seguidores facilitaron el acceso al primero plano de personajes de estirpe política reaccionaria curiosamente convertidos en gurús de una sedicente izquierda postmarxista, postmaterialista o postmoderna, que ha llegado a generar en muchos ámbitos una especia de nuevo “sentido común historiográfico”, lo cual parece haber sucedido a pesar de que sus logros empíricos disten de corresponderse con su supuestamente connotada preeminencia teórica.
Dado tal contexto, algunas de las preguntas que se proponen son: ¿es posible una historiografía marxista o materialista en las circunstancias actuales? ¿una o varias historiografías marxistas? ¿es deseable una historia marxista que pueda ser calificada de tal? ¿bajo qué términos o condiciones? ¿Ha habido avances en este sentido? ¿de qué manera América Latina está o pudiera estar involucrada en este desafío? ¿qué nuevos objetos, miradas y enfoques deben o deberían allegarse? ¿son las categorías marxistas clásicas aún útiles al nuevo trabajo historiográfico?
El debate -sostiene Erice- requiere al menos adoptar una precaución básica: hemos de precisar de qué marxismo estamos hablando dentro de una tradición que es a la vez amplia y plural. Consecuentemente, a la par de los dilemas sobre la utilidad y la posibilidad, es preciso adentrarse en asuntos acerca de los planteamientos y contenidos que pudieran tomarse en cuenta dentro de un eventual proyecto reconstructivo razonable. Para ello, parece procedente mencionar qué elementos de otras tradiciones resultan susceptibles de ser incorporados al viejo materialismo histórico, no tanto en términos de eclecticismo acumulativo como de enriquecimiento o reorientación del patrimonio marxiano y, en especial, qué aportaciones de otras teorías críticas nos interesa retener, partiendo de la constatación de que el marxismo convive con otras corrientes intelectuales de finalidades pretendidamente emancipadoras.
*Los trabajos, en sus características formales de escritura y presentación, deberán ajustarse a las que utiliza revista Izquierdas http://izquierdas.cl/instruccion-instruction
Deberán corresponder a las modalidades Artículos científicos o Comunicaciones académicas según definiciones ahí prescritas. Los materiales que resulten seleccionados previa validación por pares ciegos, serán dados a conocer como monográfico en la revista y como libro independiente en formato electrónico y papel durante el primer semestre de 2023.
Fecha de cierre de recepción de propuestas: 31 marzo de 2023
Proceso de validación: abril 2023 – junio 2023
Fecha de publicación de trabajos seleccionados: número 52 de revista Izquierdas, primer semestre 2023. Publicación de libro: julio 2023
Consultas y envíos: ariadnaedicionesoa@gmail.com Coordina: Dr. Manuel Loyola, Editor